Hechos 16.6-40¿Será correcto decir “he ganado almas”? No depende, más bien, de la dirección y el poder de Dios este cometido. Pues claro que sí, Dios sabe dónde y cómo salvar las almas. Nos toca ser dóciles a su dirección salvadora.Pablo y su equipo conocieron esto de cerca, cuando en su segundo viaje misionero, el Señor les direcciona por medio de impedimentos y una visión hacia la provincia romana de Macedonia, de manera que en Hch. 16:10 dice:
“Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio”.
Pablo, en esta ocasión, predica a unas mujeres y se convierte una dama de gran influencia para su labor misionera; sin embargo, habiendo sido azotado, el apóstol termina en prisión por liberar del espiritismo a una muchacha.
En dicha prisión, mientras cantaba himnos pese a su situación, Dios inició un terremoto, cuyas consecuencias dieron lugar a la conversión del carcelero, quien habría querido quitarse la vida al creer que sus presos habrían escapado. El resumen de la enseñanza es como sigue:
En este pasaje aprendemos que “debemos seguir la dirección de Dios para salvar a los necesitados”. En este capítulo encontramos cinco acciones que el Señor realiza cuando está dirigiéndonos en el ministerio. El primero es que nos envía hacia lugares con mayor necesidad que otros. Vs. 6-12; en segundo lugar vemos que prepara los corazones para salvar a los que predicamos. Vs. 13-16; en seguida notamos su poder superior a las huestes espirituales que enfrentamos en el campo ministerial. Vs. 16-18; en cuarto lugar, el Señor nos sobrepone a eventualidades complejas, como maltratos injustos y hasta prisiones. Vs. 19.26; finalmente, en quinto lugar prioriza la salvación de vidas, sobre las demás cosas, ya que un terremoto dio pie a la salvación del carcelero. Vs. 27 a más.
Este capítulo expone otra vivencia difícil pero victoriosa para el ministerio del apóstol, sin embargo, termina con una consolación. Después de haber dormido una noche en la fría y sucia prisión de Filipos, ahora está confortado en una bonita cama (seguramente), en la propiedad de la nueva creyente Lidia y su familia. Aunque no por mucho tiempo.
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